jueves, 2 de octubre de 2008

LA SOCIEDAD...UNA VERDADERA PRISIÓN

La sociedad determina en gran parte todo lo que hacemos, como hablamos, como vestimos, como actuamos, como pensamos y... hasta como sentimos. Sin embargo el vestir o hablar igual que los demás no parecen ser tan importantes, porque el impacto que tienen en el resto del mundo no parece ser tan grande que como actuamos, pensamos y sentimos. Hacer esto, sin cuestionarnos si lo que pensamos o sentimos, o si nuestras acciones son perjudiciales para nuestro entorno u otros seres, puede traer graves consecuencias...
Las personas suelen dar todo por supuesto, gracias al proceso de socialización en donde se nos imponen las normas de la sociedad, a nadie se le ocurre preguntarse por que las cosas son así y no de otra manera, o si esta bien o mal que las cosas así sean, a nadie se le ocurre vestir a su hijo de rosado o regalarle a su hija una pelota de fútbol en vez de una muñeca, a nadie se le ocurre preguntarse porque va todos los fines de semana a comer a mc donalds y no al restaurante de la esquina, por que se hizo ese corte en el pelo o porque le gusta tanto la carne. La sociedad influye en nosotros de tal manera que si quiere que consumamos consumimos, no importa cuanto gente haya muriéndose de hambre, todos van y contribuyen a darle mas plata al sistema, no importa cuantos árboles sean talados o animales aniquilados si eso le da mas plata al sistema, y no importa que tan contaminado este el ambiente si después de una fiesta se les antoja destrozar todo que hay a su alrededor, todo bajo una ley invisible que dice CONSUME Y DESTRUYE! ESTO ES EL PROGRESO... Progreso? Jaja, donde esta el progreso? Ponen unos putos billetes cuyo valor fue puesto por alguien, por encima de algo realmente real, LA NATURALEZA, y luego que, ¿se van a alimentar de billetes? En vez de los árboles ¿van a ser los billetes quienes pongan aire en sus pulmones? Todo por que lo dice quien? Algún imbécil que no se le ocurrió nada mejor que querer dinero, gracias a alguien doblemente imbécil que no podía hacer otra cosa que crear ese maldito pedazo de papel causante de tanta destrucción, tantas guerras, tanta violencia, tantas injusticias...
A las multinacionales, las grandes industrias, no les importa cuantos ríos, selvas, animales o incluso personas haya que sacrificar si esto les trae beneficios.

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