domingo, 7 de septiembre de 2008

LA RIQUEZA OCULTA

Existen entre diez y ochenta millones de especies, pero la ciencia solo ha identificado menos del diez por ciento, y desaparecen a una velocidad aterradora sin haber sido siquiera registradas. La uniformidad genética de los cultivos y animales domésticos amenaza su capacidad de adaptación.

El mas humilde de los insectos o una flor perdida en la espesura de los bosques tropicales pueden tener la clave para cualquiera de los graves problemas de la humanidad.

Cada día desaparecen ciento cuarenta especies de invertebrados, lo que suma unas cincuenta mil por año. Pero ¿a quien le importa la existencia de unos cuantos gusanos y escarabajos? Tres de cada cuatro aves corren serio peligro de extinción y de las trescientas especies de peces de Malasia, solo queda la mitad. Los mamíferos y los reptiles sufren el mismo mal, y los vegetales le siguen: se estima que la cuarta parte de las plantas tropicales serán barridas de la superficie del planeta en los próximos veinte años. La destrucción de ecosistemas es la causa principal esta perdida de biodiversidad. Ya son varios los que desaparecieron como tributo al crecimiento al crecimiento explosivo de la humanidad: los bosques europeos de hojas caduca, los de cedro del Líbano y las praderas de gramíneas altas de EE.UU. El huemul, el pudu, algunos loros están en la lista de especies amenazadas. El coipo o nutria de río también es buscada por su piel.
La mayor parte de la humanidad todavía no siente las consecuencias de este proceso. Pero debería: desde hace un siglo desaparece una tribu amazónica por año. Los resultados de esta catástrofe pronto serán evidentes: como cualquier otra especie, la nuestra depende íntimamente de las otras. La diversidad de la vida es fundamental para cualquier ecosistema.

No hay comentarios: